Genética:
la evaluación prenatal para defectos genéticos y la asesoría genética para las
familias que corren el riesgo de trastornos hereditarios conocidos pueden
disminuir el riesgo de un retardo mental hereditario.
Social:
los programas gubernamentales de nutrición están disponibles para los niños
pobres en los primeros y más críticos años de vida. Estos programas pueden
reducir el retardo mental asociado con desnutrición. Igualmente, es de gran
ayuda la intervención oportuna en situaciones que involucran maltrato y
pobreza.
Tóxica:
los programas ambientales para reducir la exposición al plomo, al mercurio y a
otras toxinas disminuirán el retardo mental asociado con toxinas. Sin embargo,
la manifestación de sus beneficios puede tardar años. Otro factor que puede
reducir la incidencia del retardo es el aumento del conocimiento del público
acerca de los riesgos del alcohol y las drogas durante el embarazo.
Infecciosa:
la prevención del síndrome de la rubéola congénita es probablemente uno de los
mejores ejemplos de un programa exitoso para prevenir una forma de retardo
mental. La vigilancia continua, como limitar la exposición a desechos de gatos que
pueden causar toxoplasmosis durante el embarazo, ayuda a reducir el retardo
resultante de esta infección.
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