Vocación:
en tanto
pasión o inclinación del espíritu hacía determinado quehacer o actividad.”uno
hace lo que es y es lo que hace”
Laboriosidad:
autentica
dedicación a la profesión, a sus demandas y desafíos.
Coherencia:
entre el decir y el hacer, recordando que uno es más lo que hace que lo que
dice.
Compromiso:
con lo que se
hace y cómo se hace pero fundamentalmente con el alumno en sí mismo Sin
compromiso la docencia como actividad se desdibuja y se equipara a cualquier
otra actividad, es más, sin compromiso la docencia es impracticable.
El
amor pedagógico: tiene
que ver con el amor hacia la educación, hacia el acto de enseñar y el amor por
nuestros alumnos
Responsabilidad:
poder
responder por lo que hacemos y por lo que no hacemos. Es hacerse cargo de lo
que se hace y cómo se hace, de lo que se dice y también de lo que se omite.
Sentido
común: tiene
que ver con nuestra capacidad de discernimiento más que con los conocimientos
teóricos. Se relaciona con la prudencia, la intuición, la captación del sentido
y con la lectura del contexto.
Actitud
crítica permanente: su
ejercicio facilitará nuestro crecimiento profesional en la medida que desde la
autocrítica podamos darnos cuenta de nuestros errores y re-elaborarlos, para
luego tratar de hacer una puesta diferente.
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